El nudo se desata solo y como por arte de magia van apareciendo todavía enredados en sus piolines, las casas y los locales de la primera calle Prat, la fachada de la librería Casas, también nombrada Mackay, donde al medio de calle y detenido, un caballo y su jinete meditan en completo silencio, que es lo que se siente cuando nieva. Más adentro la Bandera Blanca y el Cafe Oriente, la Casa Ita y el edificio de varios comercios, Larrales, Colomes, A la entrada de la imagen, la casa del Comandante.
En la primera provincia no hubo nadie a quien tanta gente se refiriera tantas veces como don Rudecindo Vera Márquez, excepcional chilote que aparece en casi todas las fotos que tomaron los fotógrafos de los años 20 y 30. Este invencible capitán de los mares y archipiélagos, aquel que sólo naufragara en el ocaso de su vida, en medio de las oscuras selvas del Pangal, llegó a instalarse primero con la Pensión Vera en los albores de los años 20.
Comentarios
Publicar un comentario