La casa de los Bórquez Finke
Arden en silencio estos leños de la nostalgia, aroma de manzanas entrando. La familia Bórquez Finke vivió siempre en el mismo sitio del centro, la calle Balmaceda. Antes, siendo pequeños niños, era una casa de dos aguas, casi toda de tejuelas de color amarillo, sola en el espacio de frente al primer surtidor de gasolina. El ayer respira fuerte en esta casa, niñez que concluye entre postes de ciprés y camiones estacionados, adolescencia que llega, adultez que pasó, tercera edad que espera. Siempre será así la casa y el patio de los queridos Bórquez.
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