Ir al contenido principal

LA SIERRA A BRAZO

 



Walter Hopperdietzel se sintió muy orgulloso al relatar de qué manera se las arreglaron para explotar el primer negocio de aserradero. La forma de operar era muy interesante y constituyó un ejemplo de ingenio y labor

, ya que utilizaron técnicas desconocidas que causaron un gran impacto. La sierra a brazo la usaban tres personas a la vez, después llegó la gran sierra circular y luego un aserradero con el uso del diente postizo, el que no se conoce en Europa, que se usa con un diente intercambiable y se puede afilar un par de veces. En eso estaban cuando se dieron cuenta que no había ningún camino de tierra.

¿Qué hicieron entonces? Cortar toda la madera que estaba cerca de la playa o la costa y construir balsas con yugos, unos diez árboles por yugo. ¡Qué cuadro laboral! Ni siquiera las peripecias de las selvas de Salgari ofrecen parangón con estas señales de la vida que hacían surgir los incansables alemanes de Puyuhuapi. .Libro: Cisnes, memorias de la historia, del autor.

Comentarios

  1. Admirable el coraje y la lucha de fuerza e ingenio de estos colonos alemanes en esos parajes vírgenes, para domar la agreste naturaleza que se les presentaba.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Chindo Vera, alcalde, hotelero, funcionario público

En la primera provincia no hubo nadie a quien tanta gente se refiriera tantas veces como don Rudecindo Vera Márquez, excepcional chilote que aparece en casi todas las fotos que tomaron los fotógrafos de los años 20 y 30. Este invencible capitán de los mares y archipiélagos, aquel que sólo naufragara en el ocaso de su vida, en medio de las oscuras selvas del Pangal, llegó a instalarse primero con la Pensión Vera en los albores de los años 20.

Balmaceda, la más antigua de Aysén

Balmaceda fue fundada en 1917 y su primer núcleo de poblamiento se emplazó junto al río Oscuro, en una disposición circular, al estilo defensivo de los carromatos en la época de los westerns norteamericanos. La idea, implantada por el Generalísimo de las Fuerzas del Sur, don Antolín Silva Ormeño, fue hacer que los primeros vecinos se sintieran protegidos de los ataques a mansalva de bandoleros y matreros que pululaban por aquellos años en la pampa balmacedina. 

Esos primeros barcos de los años 30

Resulta impresionante constatar la importancia que cobra la palabra vapor en las postrimerías de la década de los años 30 en Puerto Aysén, una vez que aquella comunidad tan progresista hubo echado a andar por el ancho camino del porvenir. El año 1938 llegó el director general del Servicio Marítimo don José Moreno Johnstone, ex agrimensor de la Oficina de Tierras y que ahora regresaba con la misión de implementar el servicio marítimo en el puerto. Un día 22 de Noviembre de 1938 hacía su entrada a la rada de Puerto Aysén el vapor Colo Colo, con el importante contingente de funcionarios.