Dice el cronista: esta medialuna se levantó en donde estuvo Casa Brito, la discoteque y la frutería Riffo. Se comenta que don Juan Mackay era una especie de director de las huestes de huasos bien trajeados y se hacía presente montado a caballo, mandándolos y ordenándolos como si fuera un patrón de fundo. Incluso, alcanzo a leer por ahí en redes sociales que hay coyhaiquinos que están lejos y comentan que Mackay bajaba con todos sus inquilinos en días de pago al pueblo, todos montados a caballo provocando un gran estrépito que se hacía sentir por las desoladas calles de la ciudad. Y aquí en Coyhaique, algo que no he dicho ni escrito, sólo he pasado a nombrar esa famosa posada del Correntoso donde doña Laurentina se codeaba con empleados y funcionarios públicos para agradarlos con sus servicios gastronómicos de primera categoría. Se llamaba Laurentina Fournier Azócar y uno de sus hijos era Luis Barrientos Fournier, a la sazón jefe de Aduanas de nuestra ciudad, y administrador de una de las primeras carnicerías en Condell con 21 de Mayo, casado con Alicia Vásquez Asenjo, hija del famoso capataz de tropas Vicho Vásquez. Posteriormente sería don Luis Juez de Distrito y comerciante en la localidad de Río Ibáñez.
Y aquí va una primicia, que no aparece en ningún libro: fue don Juan Mackay que hacia 1931 promovió la construcción y el funcionamiento de la primera medialuna para corridas de vacas, la que se erigió en el sector de calle Condell, entre Moraleda y 21 de Mayo, lugar histórico y que amerita una placa por la importancia de esta actividad en su momento de gloria.
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