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Mostrando entradas de agosto, 2020

LA SIERRA A BRAZO

  Walter Hopperdietzel se sintió muy orgulloso al relatar de qué manera se las arreglaron para explotar el primer negocio de aserradero. La forma de operar era muy interesante y constituyó un ejemplo de ingenio y labor

CHILE CHICO, TIEMPO DE LA GUERRA DEL 18, Honorio Beroíza con pañuelo gaucho.

  La foto me la mandó la Danka desde Chile Chico, mujer estudiosa y talentosa. Aparecen en ella Timoteo Jara y esposa. Dice la misma Danka que esta foto tiene una dedicatoria desde Baquedano, por lo que imagino es el Timoteo que tú ubicas en Valle Simpson. A mí no me suena mucho como de los Jara de Chile Chico. Seguro que eran familiares. Un abrazo Oscarito. Buena Página.

Los primeros Marcarruedas de la Estancia

EL PRIMER CLUB DE FUTBOL DE BAQUEDANO fueron los Marcarruedas, conformado por trabajadores de la Estancia Coyhaique Bajo. Su entrenador era ENRIQUE PUPPO LANDUSCH (en la foto), quien también entrenaba boxeo en la misma estancia. El plantel de jugadores aparece en la foto

Familia García Lerín, Puerto Aysén 1943

JUAN GARCIA AYLLON y Sra.Francisca Catalina Lerin Verde,junto a sus hijos:delante,de izq a der: Oriana de los Angeles Garcia Lerin,el niño entre sus padres,es Ernesto Garcia Lerin,y al lado de dn Juan,su hija Raquel Teresita Garcia Lerin.Atras,su hija mayor Nelida Emilia Garcia Lerin,y Juan Garcia Lerin.

Antonio Molettieri de Gregorio

Nacido en   (Italia ) en 1898. Llegó a Puerto Aysén desde Argentina, donde estuvo un corto tiempo debido a que le molestaban los mosquitos. En 1932 contrajo matrimonio con Agripina Millaldeo.

Puerto Aysén centro, 1929

  Las escena muestra un enfoque desde donde la Iglesia hacia el Este, A la izquierda el Cerrito Mirador, al medio,lo que iba a ser la Plaza. A la derecha la calle Chile Argentina,con las construcciones que serían su núcleo comercial-hotelero en 1930-1935. El cerco de postes (cerco de tranquillas), cierra la propiedad de la Iglesia,que ocupa hasta hoy,muy abandonado ya..... 

El día que repicaron las campanas

La llegada e instalación de las nuevas campanas de la capilla de la plaza, no pudo pasar inadvertida. Yo recuerdo en los oídos infantiles el repicar de esas sagradas campanas que anunciaban muertes de vecinos, incendios fatales, rezos y eucaristías. 

Juan Mackay, la primera medialuna de Baquedano

Y aquí va una primicia, que no aparece en ningún libro: fue don Juan Mackay que hacia 1931 promovió la construcción y el funcionamiento de la primera medialuna para corridas de vacas, la que se erigió en el sector de calle Condell, entre Moraleda y 21 de Mayo, lugar histórico y que amerita una placa por la importancia de esta actividad en su momento de gloria. 

Coyhaique, cines y circos

Los cines, azuzados por la inercia del invierno y el llamado a renovar energías en un salón pequeño para el ávido público, exhibían aquel invierno en funciones de matinée, vermouth y noche las películas del instante. Mientras el Colón llamaba a la gente a presenciar La Venganza del Huérfano, con Olivia de Havilland y Frederic March, el Rex exhibía a tablero vuelto Agonía de Amor, protagonizada por Gregory Peck y Ann Todd. 

Coyhaique interpretado en 1950

Me encuentro en un año 56 transido por el invierno vehemente y los obreros municipales tratando inútilmente de volver a parar postes de alumbrado caídos por las últimas nevazones. Bajo dos metros de nieve blanda yacen enterrados seis postes en Ignacio Serrano esquina Bilbao. 

La primera Cancha de Aviación de Río Claro

Las actividades sociales de Coyhaique engarzaban directamente con las de la construcción y producción de obras. Como por ejemplo, la de la cancha de aviación de Río Claro, a la cual se le pondría después Teniente Vidal, también en pleno mes de Septiembre, cuando los coyhaiquinos de siempre, puro corazón y unidad, organizaban una gran colecta pública, entregados coo por encanto a una actividad colectiva de primer orden. 

La noticia del matrimonio Figueroa Arend (1953)

La vida social en Coyhaique era intensa y espectacular. A las fiestas de celebraciones en muchos espaciosos salones de hoteles y clubes sociales, se unían los enlaces que muchas veces cobraban ribetes de fiesta comunitaria. El caso es patente cuando se efectúa el matrimonio entre Adolfina Arend Fuentes y el señor Mario Figueroa, en plena primavera de 1953 y con grandes y emotivos momentos.

El primer regimiento

Estamos en 1948. Es creado el Regimiento, con gran pompa. Le pusieron el nombre de Nº14 Aysén del Comandante Bartolomé Vivar y cubría la guarnición de Coyhaique, funcionando como base grupal el grupo de caballería Santiago Bueras y el Destacamento Austral Nº14, que ya se encontraba organizado y agregado al Regimiento de Infantería Buin de la capital. 

Zoraida Villegas Oyarzún, la tía Lala

  Debe estar oyéndonos aún en los programas radiales que tanto le gustaban, donde los abuelos viajaban buscando recodos de tiempo inconcebible. La tía Lala lloraba de emoción al encontrarse en la sintonía de esos espacios perdidos en la música del alma y en los recónditos pasajes de los testimonios de tantos próceres del principio. Es que ella pertenecía a los primeros tiempos de calafates en la plaza, cuando la ciudad terminaba en Sargento Aldea.

Los Cadaganes, una estirpe aysenina de fuste

  Una de familias más relevantes de la región, tanto por su trayectoria histórica como por su importancia en nuestras comunidades rurales y urbanas es la de los Cadagán, apellido que conserva orígenes bastante claros, aunque no tanto en la parte de su configuración morfológica, debido más que nada a su acentuación.

Coyhaique y los rutilantes días de 1963

  Desde que se instaurara la presencia de la CORFO en Coyhaique, en Junio de 1962, con el flamante primer Gerente Provincial señor Alberto Saini, casi todo comenzaría a verse con ojos de trepidante progreso para la provincia. El edificio estaba ubicado en la esquina de las calles Cochrane y Freire, iniciándose con su instalación y funcionamiento un apoyo a las labores del campesinado. 

El fatal accidente del puente Baguales

  Los puentes colgantes de nuestra tierra han tenido no tan felices recuerdos entre la gente, no tanto por su presencia de riesgo y muerte, como por la cantidad de víctimas que cobraron durante casi tres décadas. Es bien conocido el conflicto interior y la conmoción que sufrían quienes se acercaban a uno de estos puentes en el pasado, para sortearlos, especialmente si el vehículo en que se desplazaban era un camión cargado con mucho más del peso que se mencionaba como el permitido. 

Vicente Huichalao de Baquedano

               Justo al filo de un invierno bastante cercano, se nos abrió una mañana la puerta amable de la casa de don Vicente Huichalao. Le acompañaba su mujer y algunos chicos que se quedaron adentro, mientras él nos enseñaba lo mejor de la trayectoria familiar. Su padre, José había llegado en 1922, acompañado por su mujer, María Hidalgo, con quien engendró 8 hijos, entre los que se contaba Vicente, nacido en 1924. Toda una vida trabajó don José en la Compañía, hasta que en 1927 se independizó luego de adquirir un buen campo a unos 15 kilómetros de la pampa del corral.             Los primeros intentos de trabajar se quedaron en la estancia, con el capataz Juvenal Rosas Bellot, quien lo aceptó como bueyerizo, acompañante de los manejadores de carretas y arriando los bueyes que siempre se llevaban de reserva para cambiarlos en marchas de largo aliento. Quedó a cargo del cocinero Demetrio ...

Heraclio del Campo, un verdadero caballero de nuestras fundaciones.

Una de las primeras experiencias comunicativas que me ha correspondido producir en mis intentos de proyectar los sucesos de nuestras aisladas historias comunitarias, ha  estado relacionada con los  minuciosos detalles de la fundación de Coyhaique, para lo cual he consultado gran cantidad de fuentes, y me he contactado con sus arranques y nacimientos, pudiendo interpretar generosamente en un vuelo alto y sincero, todos estos acontecimientos que nos unen. 

Chindo Vera, alcalde, hotelero, funcionario público

En la primera provincia no hubo nadie a quien tanta gente se refiriera tantas veces como don Rudecindo Vera Márquez, excepcional chilote que aparece en casi todas las fotos que tomaron los fotógrafos de los años 20 y 30. Este invencible capitán de los mares y archipiélagos, aquel que sólo naufragara en el ocaso de su vida, en medio de las oscuras selvas del Pangal, llegó a instalarse primero con la Pensión Vera en los albores de los años 20.

Balmaceda, la más antigua de Aysén

Balmaceda fue fundada en 1917 y su primer núcleo de poblamiento se emplazó junto al río Oscuro, en una disposición circular, al estilo defensivo de los carromatos en la época de los westerns norteamericanos. La idea, implantada por el Generalísimo de las Fuerzas del Sur, don Antolín Silva Ormeño, fue hacer que los primeros vecinos se sintieran protegidos de los ataques a mansalva de bandoleros y matreros que pululaban por aquellos años en la pampa balmacedina. 

Montesolo, gringo Walter, Juan feo, nombres de gente del Valle Simpson

Desde que los pueblos comenzaron a levantarse y a ser fundados, siempre existió al interior de las pequeñas comunidades gentes que llamaron la atención ya sea por su generoso desprendimiento y afección hacia sus semejantes, como por su extraña y cautivadora presencia que a veces rayaba en lo esperpéntico. Fue el caso de Guari Guari e incluso del viejo Monroy que se hacía él mismo sus ropas, valiéndose de los cueros de nonatos. 

Al bagualero Vicente Solís se le pagaba por animal muerto

Vicente Solís Fuentes apareció un día por la puerta de mi casa de calle Dussen y me lanzó de golpe la historia de su vida. Creo que ya hemos ahondado en algunos aspectos de ella, especialmente la relacionada con la construcción de la casa bruja del río, de cuya erección participó siendo muy niño.

El asombroso caso de las elecciones municipales de 1948

Corría el año 1938, cuando Coyhaique y Puerto Aysén eran llevados a un interesante enfrentamiento político con motivo de la elección de alcalde. Se tenía por considerada la inamovilidad del principal puerto como la capital de la provincia, hecho que se fundamentaba por el hecho de constituir este espacio uno de los más importantes desde el punto de vista de su ubicación como principal puerto de entrada de productos y personas. 

El turco Jalife y el peladito Aleuy

Verlos juntos era ser coyhaiquino. Ninguno como ellos, nadie tan de esta tierra, como muchos otros que se ven diariamente por estas páginas. Aleuy llegó con su tío de crianza Marcelino Sabres y se quedó conociendo Aysén desde los muelles, luego hizo labores de junior y barrendero en el negocio de su tío.

Guillermo Federico Villegas de la Comisión de Límites

  Guillermo Federico Villegas, integraba la Comisión ya en 1930. Poco antes, andaba por ahí en ecorridos. Tiempo después, habiendo sido detenido en El Castor por una cruel maledicencia de uno de sus mejores amigos, tuvo que soportar aquella pérdida de libertad mientras se producía el incendio que arrasaba con bosques y montes vírgenes ante la atónita mirada de los pobladores. Cuando le prendieron fuego a los cañales de Campo Grande en 1944, ya se encontraba trabajando en la primera temporada.

Hola, Rosamel Carrillo

  Nacido en el departamento de Buenos Aires, actualmente Perito Moreno. Se crió en Chile Chico, hijo de padres chilenos. Se casó con Luz Marina Sepúlveda, a la edad de 17 años del matrimonio nacieron 9 hijos. En su juventud fue jinete de tropilla. Trabajó en Puerto Cristal como campañista, acarreando animales de arreo para abastecer el campamento minero. En 1966 se radicó en Puerto Ibáñez, realizando el trabajo de tropero, amansador de caballos, arreglador y corredor de caballos. Actualmente vive en Puerto Ibáñez y aún se le ve cuidando sus caballos en el Sec Ytor.. (Colaboracion Edu Carrillo).

Tiempos difíciles en Aysén

 Con qué elementos contaban escuelas y hospitales de un país pobre, pobrísimo, paupérrimo a fines de 1920. Las imágenes provocan sentimientos encontrados, hay nueve alumnos y una profesora, todos abrigados frente a un viento y helada que se cuela por todos los intersticios de las tapas, hoquedades y piso de tierra. Hay tablones, cuadros de dibujos, colgadores para la ropa, más tablas para una cubierta de mesa grupal, cajones para escribir o esbozar imágenes. Una escena dantesca. (Foto Biblioteca Nacional Santiago)

El profesor Mario Meléndez de la Escuelita del 10

  Conocí personalmente a Mario Meléndez, cuando yo era un niño de no más de 10 años. Ibamos endilgando en la Minita de papá, una Ford gris claro del 56, hacia los kilómetros en busca de arbolitos navideños, pinos verdes y frescos recién cortados por las robustas manos  de los hacheros. Nos sofocaba el aroma de verdores, de laurel húmedo y de humaredas de los roces. Todo allí era selvático y agreste. El cerro de Los Torreones de nos venía encima y el motor de la Minita ronroneaba como un gato con los cambios de velocidad y el esquive de hoyos, guijarros, badenes.

Quién puso ese jeep ahí!!

Quién puso al medio de la calle ese jeep! Las costumbres de la primera época de 1954, cuando Coyhaique iba creciendo con la construcción de casas, servicios públicos y la gente se esmeraba en quedarse escondida detrás de las cocinas a leña, esperando que escampen las nevadas. Era un canto de gloria, una sensación distinta a hoy, un camino hacia ninguna parte que sólo aguantaban los valientes. En esa esquina, la librería Mackay, la librería Casas, que eran la misma librería, en la esquina de Condell, frente a la plaza.Más allá, la casa de la arquitectura y pareciera verse al costado la recordada casa de la subdelegación. Y entre todo eso, los arbolitos y sus guías de palos con forma triangular. El vehículo era de don Salvador Hernáez.  

La vida coyhaiquemente

  Volví a ir después de muchos años a la tierra natal, en un regreso silencioso, con graznidos de gansos y avutardas en los patios, y la campiña avanzando hacia atrás como un diario de vida que se lee desde el final.

La señora Flor

  La señora Flor vivía perdida en sus distancias forasteras, ahí donde la calle Simpson parecía arrastrarse hacia arriba. Llevaba teñidos sus cabellos y sus labios siempre rojos, y unas inmensas pupilas que lo desbordaban todo. Vivía sola, con sus catorce gatos y sus discos de Caruso que casi me aprendí de memoria, el Vesti la Giubba, la Furtiva Lágrima y el O’sole mío.